Sobre la vivienda:
- Superficie útil y construida.
- Antigüedad del edificio.
- Estado real (desperfectos, reparaciones pendientes, humedades, etc.).
- Certificado de eficiencia energética (obligatorio).
- Mobiliario incluido (con inventario si es posible).
- Electrodomésticos y estado de funcionamiento.
Sobre el alquiler:
- Precio mensual del alquiler.
- Qué gastos están incluidos (agua, luz, gas, internet, comunidad, IBI, etc.).
- Cuantía de la fianza (normalmente un mes de renta).
- Garantías adicionales (aval bancario, seguro de impago, depósito extra, etc.).
- Duración del contrato y condiciones de renovación.
- Normas de la comunidad de propietarios (por ejemplo, si no se permite mascotas o uso de piscina).
- Posibilidades de revisión o actualización del precio (por ejemplo, IPC o límite legal).
Sobre el entorno:
- Obras previstas en la finca o en el barrio (si afectan).
- Servicios cercanos (transporte público, colegios, supermercados).
- Posibles molestias conocidas (zonas ruidosas, problemas de convivencia).
Consejito extra:
Siempre que informes algo importante, ponlo también por escrito en el contrato o en un anexo. Eso te protege a ti y al inquilino.
